jueves, 8 de julio de 2010

La virgen del mar



Hace 20 años fui marinero por un año a costa del gobierno y buena parte de mis ahorros. En todo ese tiempo sólo monté en barco 5 veces, tres de ellas el barco estaba anclado, así que viajar en barco viajé 2 veces: Una primera vez que consistió en una vuelta a la bahía de Cádiz y una segunda que consistió en una vuelta desde el cuartel "La Graña" de El Ferrol hasta su puerto. Como podéis ver corazón aventurero el mío por falta no es. En el segundo viaje, fue recién llegados a un cuartel en El Ferrol (Galicia) y huelga decir que aun no teníamos los grupos de amiguetes formados, y para colmo yo soy muy mío y poco de entablar fácil amistad, con lo que al llegar al puerto en un pispas me quedé más solo que Charlton Heston en Woodstock y sin saber cómo llegar al centro de la ciudad. Vi una calle muy larga y en toda ciudad el centro está precisamente en el centro propiamente dicho, no sé por qué, así que decidí tomarla, a pesar de ver a un tío pegándose de ostias con otro tío. Que larga era la calle. Y cuántas mujeres había allí. Y lo más bonito es que todas me ofrecían sexo. Joder, que éxito tengo, pensé. Y en lo alto de la calle vi a un hombre haciéndome ademanes con el brazo de que subiera rápido, y yo, que veía a unos hombres muy raritos decidí subir la calle a zancajadas. Al final me dijo el hombre que me había metido en la calle que más delito tenía de todo El Ferrol y que había tenido mucha suerte de que no me atracaran. Recuerdo que al principio de la calle, conforme uno entra por el puerto, había un mosaico de una virgen mirando al mar. Extraño reclamo, pensé.

Luego me encontré con los demás marineritos y nos pusimos ciegos a cervezas y se me olvidó lo cerca que estuve de perder mis pelillas por allí. Total, las perdí por el centro...

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