miércoles, 15 de septiembre de 2010

De adiciones y otros descaros



Hoy voy a hablaros desde lo más profundo de mi ser. Sé que hay personas que me leen que no entienden según qué aspectos de una enfermedad que me ha tocado padecer y me apetece hablar de ella. Voy a ser muy crudo. Con esto quiero decir que voy a hablar de cosas bastantes duras. Si sois de estómago sensible, dejar de leer, es lo mejor que podéis hacer. Los que queráis saber algo más del mundo de las adicciones, aquí va un breve confesión contada desde el interior de ese vendaval.

Yo soy un adicto. Adicta es mi condición y lo soy de casi todo tipo de cosas que se os pueda ocurrir. A lo largo de mi vida lo he sido de las máquinas tragaperras, de las compras compulsivas y de la bebida. Soy pues comprador compulsivo, jugador y alcohólico en rehabilitación. El tema de las compras ha sido durante un corto periodo de mi vida, pero ha sido y he de ser consecuente conmigo mismo y lo he de incluir en mis adicciones.

Quien ha convivido conmigo y me ha visto en todo mi apogeo, me ha dejado sin dilación. No les culpo por ello. Quien más me ha soportado ha sido mi primera mujer y fue mi adicción al alcohol. Cuando ya entró en juego las tragaperras y caí enfermo de la depresión, decidimos de mutuo acuerdo dejar algo que murió antes de empezar. Convivir con un adicto es muy difícil pues nos volvemos mentirosos compulsivos, desconfiados, egoístas, faltamos de casa, desaparece la comunicación ,estamos siempre pensando en la adición, nos puede, nos tiene subyugados, se apodera de nosotros de tal manera que hipoteca nuestras vidas a su voluntad.

Todos, y se de lo que hablo, estamos cortados por el mismo patrón. Todos somos sensibles, activos, inteligentes… Pero casi todos hemos sufrido un trauma en nuestra infancia. Algo ha pasado que nos ha desviado de la felicidad eterna por un camino tortuoso lleno de amarguras. Cuando se es adicto no se tiene respeto por nadie. Ni siquiera recuerdas tener hijos, en el caso de tenerlos. Es más si estas casado, te aferras a ello pese a no estar enamorado. Puede ser por dos factores. Por no verte solo o por estar en una deuda tal que no sepas como afrontarla y escondas la cabeza debajo del ala dejando pasar los días hasta que el inevitable día D haga acto de presencia. Y ese día estalla la mundial.

A mí me queda mi familia que son los que siempre han estado apoyándome. Por supuesto en cabeza están mis padres, que han sufrido en carnes lo que no está escrito. He gritado a mi madre, he pateado la puerta de la casa de mis padres hasta quedarme sin fuerzas, me quedé dormido en mitad de una calle por donde pasan coches y los vecinos tuvieron que avisar a mi padre que fue a por mí, he vomitado dos veces en la cama, mi madre evitó que muriera ahogado por mi propio vómito, estuvieron conmigo en Madrid cuando mi segunda ex mujer me dejó solo, mi madre me salvó de morir ahogado al intentar parar un duro con los dientes cuando tenía cinco años, me vieron despreciar la bandera en la jura de la misma en mi mili, me recogieron de la calle cuando me estrellé con mi vespino contra un concesionario de la Seat cuando tenía 19 años borrachito perdido, fueron a por mí a la comisaría de la policía local cuando tuve el accidente de coche y seis policías locales intentaron sacarme a empujones de la dependencia sin conseguirlo, me salvaron la vida tres veces tras tomar cientos de antidepresivos y más y más y más y más y más y muchísimas cosas más que me dejo en el cerebro. La verdad es que mis ángeles de la guarda son ellos. A ellos les debo la vida y lo que soy. Sin ellos sería un trozo de nada en un mundo que me habría digerido hace tiempo. Sé a ciencia cierta que nunca van a leer esta entrada y me duele porque se enterarían de lo orgulloso que estoy de ellos. En fin, valga estas líneas como homenaje por una vida que les he robado y me han entregado sin reparos. Os quiero.

Donde Todo Empieza

6 comentarios:

  1. Que bonito Polonius tu párrafo final.
    Pero no te creas que me impresionas con semejante curriculum, que yo misma casi te alcanzo... nooooo es broma, mis padres solo han pasado una tercera parte de lo que han pasado los tuyos. Pero te digo una cosa y sé que es meterme donde no me llaman, pero he aprendido por cosas que me han pasado, a decirles a mis padres que los quiero, que estoy orgulloso de ellos, necesitan oírlo de vez en cuando, que sepan que no han fallado ellos como padres, sino nosotros como hijos.
    Es la edad la que nos hace ser conscientes de ello, e intentar remendar los errores cometidos. No te guardes esta entrada para el resto, descubresela a tus padres, o diles que les quieres, mañana puede ser tarde, porque tal vez no tengamos un mañana.
    Vive hoy como si fuera el último día.
    Disfruta, ama y derrocha energía positiva a tu alrededor. Puedes hacerlo, yo al menos lo intento. ; ).

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  2. Bien, ya está bien, amigo. Deja de azotarte. Sí, la has jodido muchas veces, puede incluso que la jodas alguna vez más... es inevitable. Ahora hazle saber a esas personas tan especiales que te han querido de siempre y en todas las condiciones, todo eso que has expulsado aquí. Venga, no lo dejes pasar, que nunca se sabe. No te quedes con el sabor amargo de no haber devuelto algo de lo que te han dado. Besos, cargados de comprensión y aderezados con una sonrisa.

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  3. Vale, os haré caso a los dos. Hoy les diré a mis padres cuanto los quiero. Me voy a poner colorado, que lo sepais. En fin, se lo merecen. Un beso a los dos. Por cierto, Lisset, que no es que me auto lamente. Simplemente escribo por si alguien está en mi misma situación, sepa que se puede salir, que yo lo he hecho.

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  4. Ehhhh que falto yoooooo !!!!
    A ver, por donde empiezo.... Ummm sí ahí voy. En primer lugar, y que conste que me baso en el tiempo que te llevo leyendo, me uno a Lisset, darle "vida" al látigo de siete picos ya no viene a cuento, si eso, para tu onomástica te envio un cilicio, en prevención de futuras tentaciones.
    Querido, como decía SM el Rey, "me llena de orgullo y satisfacción" ponerte unas letras, yo te puedo hablar con total conocimiento de causa,(algún día, a lo mejor te lo cuento), eso sí, tu nivel de karateka de la vida es muy superior al mío, pero lo que el pasado te dió hasta el día de hoy, no todo el mundo osa contarlo, y algo más que cojones le pones a ésto, no sólo por hacernos participar de ello, es el mejor dato de tu recuperación y lo más positivo, la manera con la que lo cuentas, queda claro que todo lo consumido, gracias a tu fortaleza y salud, tus neuronas están perfectamente engranadas y procuran que te expreses de manera sincera, honesta y cabal.
    En este momento, no se me viene a la cabeza otra cosa que decirte, y no pienso regalarte más los oidos !!!
    Un fuerte abrazo.
    Thormento

    P.D.
    Si tus padres se extrañan de tu cambio de actitud por tanto abrazo y besuqueo, siempre puedes decir eso de... lo hago por que me da la real gana !!!

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  5. Bueno, y qué tal ha ido esa confesión a tus padres? :) Besos curiosos y buen fin de semana.

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